Psicología: El síndrome del impostor

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¿Sientes que el ascenso que te dieron en tu trabajo no te corresponde? ¿Se te complica aceptar los cumplidos que tus familiares te hacen? ¿Dudas de tus capacidades? ¡Atención! Hay altas posibilidades de que el síndrome del impostor te esté haciendo una mala jugada.

Descubre más detalles interesantes sobre este tema para que sepas cuáles son las causas, síntomas y maneras de combatirlo.

¿Qué es el síndrome del impostor?

También es conocido como fenómeno del impostor o síndrome del fraude.

Se trata de un trastorno psicológico común en personas exitosas, particularmente en las mujeres, que les dificulta asimilar sus éxitos en los diversos aspectos de la vida: económico, laboral, profesional, familiar, entre otros.

A pesar de tener muchos logros, tienden a sufrir, se sienten insuficientes y ponen en tela de juicio sus triunfos. En pocas palabras, consideran no ser merecedoras de sus puestos de trabajo, bienes materiales, honores académicos, ingresos monetarios, etc.

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8 causas del síndrome del impostor

Hay muchas causas que generan el síndrome del impostor y que podrían ser el motivo por el cual lo tienes. Es por ello que enseguida te mostraremos las habituales para que te lleves una idea del origen de esta enfermedad:

  1. Tener la autoestima baja.
  2. Haber sido víctima de múltiples críticas durante la niñez.
  3. Poseer un historial académico que no sobresale del resto.
  4. Tener inseguridad. Por lo general, es en razón de haber vivido una situación en el pasado que conllevó a tomar esa actitud.
  5. Desconfiar del potencial personal. 
  6. Contar con niveles altos de exigencia y autocrítica.
  7. Haber sido presionado (a) en la infancia para obtener las mejores calificaciones.
  8. Vivir en una sociedad machista en donde se le atribuye el fracaso a las mujeres y el éxito a los hombres.

6 síntomas del síndrome del impostor

Para que sepas identificar si padeces o no del síndrome del impostor, a continuación te mencionaremos los síntomas más comunes de esta enfermedad psicológica:

1.    Falta de seguridad

Se podría decir que la inseguridad es el síntoma principal de este trastorno. Es por ello que si tiendes a compararte con frecuencia con tus amigos, colegas, compañeros de clases, familiares… o si tu autoestima es baja, sientes ansiedad, te autosaboteas y tus vínculos sociales se ven afectados de forma negativa, ¡alerta!

En síntesis, el síndrome del impostor te va a provocar una falsa humildad. Es decir, en los momentos en los que experimentas el éxito, en lugar de alegrarte, por tu mente pasan estos pensamientos: «no me lo merezco» o «fue gracias al azar».

Es cierto que no confiar en uno (a) mismo (a) es normal en ciertos momentos de la vida. No obstante, cuando la falta de confianza se torna rigurosa y repetitiva, deja de ser normal y es un claro síntoma del síndrome del impostor.

2.    Temor a ser descubierto (a)

¿Te da miedo destacar por pensar que puedan descubrir que en realidad eres una «persona fraudulenta» y que no estás en el nivel de la posición alta en la que te encuentras? Si es así, podría ser a causa de la ausencia de confianza en tus capacidades y actitudes, un rasgo típico en el síndrome del fraude.

3.    Autosabotaje

¿Casi siempre dialogas contigo mismo (a) con negatividad para que no te queden dudas de que no eres dueño (a) de lo bueno que te ocurre? ¿Buscas rechazar los elogios que te dedican? ¿Crees que si empezarías de nuevo en un trabajo no tendrías la suerte o destrezas para repetir tu éxito actual?

Este síntoma es como una especie de «apoyo racional» en ideas irracionales en su totalidad. Por ejemplo, si le dedicaste mucho tiempo a un proyecto de la universidad y recibiste varias felicitaciones por haberlo hecho con excelencia, y lo primero que se te viene a la mente es:

  • «Cualquiera de mis compañeros pudo haberlo hecho, y hasta mejor».
  • «Fue muy fácil».
  • «Sin la ayuda de mi mentor no lo hubiese conseguido».

Es una señal de que tienes esta enfermedad.

4.    Manifestación de expectativas de fracaso

Las personas con el síndrome del impostor ven su productividad con negatividad, lo que podría llegar a generarles incertidumbre al hacerle frente a circunstancias a las que ya han salido victoriosos (a) en ocasiones anteriores.

5.    Búsqueda excesiva de la perfección

Si eres una persona que se autoexige para hacer todo lo que se propone a la perfección, es posible que tengas el síndrome del impostor.

Para que lo veas con más claridad, las personas con este trastorno se trazan objetivos demasiado altos y, como no los cumplen, sienten decepción y vergüenza, sus logros nunca los satisfacen y optan por enfocarse en sus fracasos y fallas.

6.    Dificultad para admitir reconocimientos

Podrías presentar otro síntoma si no consideras ser responsable de tus logros, por lo que tiendes a disminuirlos en vez de celebrarlos, y asumes que tu éxito es producto de otras personas, de agentes externos o de la suerte. O sea, de todos o de todo pero menos de ti, de tu esfuerzo, disciplina, dedicación, talento, constancia, responsabilidad… en fin, de tus cualidades positivas.

8 consejos para superar el síndrome del impostor

Si piensas que el síndrome del impostor no se puede tratar, estás en lo incorrecto. Por el contrario, existen posibilidades elevadas de superar esta enfermedad.

¿Quieres saber cómo? Simple: lee los siguientes consejos y ponlos en práctica:

1.    Ve a terapia psicológica

El mejor consejo que te podemos dar es acudir a un profesional de la psicología para que determine con certeza si sufres o no del síndrome del impostor.

Durante las sesiones, el psicólogo analizará con precisión tus síntomas y elaborará un plan adaptado a tus necesidades con el fin de encontrar la raíz del problema y atacarlo.

Algunas de las áreas que seguramente el especialista en psicología abordará en las terapias son: desarrollo de la autoestima, reestructuración cognitiva y métodos para acortar la ansiedad.

2.    Acepta tus emociones

Cuando sientas alguna emoción (miedo, tristeza, alegría, asco, confusión, aversión, envidia, romance, deseo, ira, sorpresa o cualquier otra), detéctala, obsérvala, asimílala y, lo más importante, siéntela. ¡No la reprimas!

Es esencial que reconozcas que estás pasando por un proceso de autosabotaje y que no asumir tus propias facultades trae consigo un conjunto de efectos emocionales: frustración, rabia y aflicción.

3.    Analiza tu situación personal

Uno de los primeros pasos que debes dar es puntualizar si te identificas o no con el síndrome del impostor.

Una manera efectiva de lograrlo es mediante los síntomas que te comentamos en párrafos atrás: examina tu situación personal actual, observa tu diálogo interno y evalúa cómo te tratas.

4.    Cuestiona la procedencia de tus triunfos

Visualiza con detenimiento tus éxitos y pregúntate de dónde resultan.

La idea es que tengas el valor de poner en duda tus ideas tajantes y creencias anticuadas.

Un tip que te ayudará es por medio de un ejercicio de probabilidades en el que cuestiones que tus triunfos dependen de la suerte: pregúntate acerca del rol que tiene la suerte en los diferentes aspectos de tu vida y cómo realmente influye en ellos.

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5.    Considera tus méritos

Como ya sabes, uno de los síntomas del fenómeno del impostor es que las personas que lo tienen se catalogan como no acreedoras de sus éxitos personales.

En consecuencia, te sugerimos especificar en qué situaciones sucede y esfuérzate en aceptar que la suerte no existe y que lo único que define tanto tus fracasos como éxitos es el modo en que decides sacarle provecho a las oportunidades que se te van presentando en la vida.

Además, evita que esos sentimientos negativos (que surgen cuando otras personas te elogian) se apoderen de ti para que no crezcan como la espuma.

6.    Enlista tus fortalezas

Una de las características del síndrome del impostor es hacer énfasis en las debilidades propias. Por lo tanto, es menester que te autoevalúes y destaques todos tus aspectos positivos.

Por más insignificantes que parezcan, anótalos todos: puntualidad, generosidad, perseverancia, optimismo, valentía… todas esas cualidades positivas de tu personalidad que te hacen distinguir de los demás.

7.    Procura no compararte

La tendencia a compararse con los demás casi siempre tiene su origen en la infancia.

El caso típico es la comparación entre los mismos miembros familiares: hermanos con hermanos y hermanos con primos, por ejemplo. Y en la escuela: entre niños de acuerdo con sus notas, comportamientos y talentos.

Si es tu caso (compararte constantemente con tu círculo social, con los perfiles que sigues en Instagram, con tus compañeros de trabajo, etc.), intenta no caer en ello centrándote en ti y no en el resto.

¡Invierte tu valioso tiempo en lo que puedes hacer para alcanzar tus propósitos!

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8.    Visualiza tus miedos

Hazte un interrogatorio en el que predominen preguntas que giren alrededor de hallar la respuesta a qué en realidad le tienes miedo: si a desilusionar a tu entorno o a sobresalir.

Analizar tus miedos te permitirá hallar qué hay detrás de ellos, pues podría significarse miedo a no ser suficiente y de ser impostor de tu propia vida. 

Recuerda, si por mucho que sigas estos consejos todavía continúan latentes los síntomas del síndrome del impostor, lo ideal es que vayas a terapia psicológica para que tu problema sea solventado y vivas tu vida a plenitud.

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