Relaciones de Pareja: fases, problemas habituales y cómo solventarlos

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Relaciones de Pareja: fases, problemas habituales y cómo solventarlos

¿Conoces cuáles son los problemas habituales de las relaciones de pareja? ¿Necesitas mejorar tu vínculo amoroso? ¿Crees que las relaciones saludables se caracterizan por ser perfectas?

Esto y mucho más lo aprenderás a continuación. Así sabrás cómo mantener estable tu vínculo sentimental con ese ser que tanto amas y con el que quieres compartir tu vida de la mejor manera.

Fases por las que pasan las relaciones de pareja

Las relaciones de pareja no son estáticas, pues van experimentando diferentes períodos. 

En seguida conocerás cuáles son las 6 fases que atraviesan la mayoría de las relaciones de pareja y qué es lo que tiende a ocurrir en cada una de ellas.

Primera etapa: enamoramiento

Se caracteriza por el surgimiento de diversas emociones intensas. Querrán estar juntos por mucho tiempo, anhelarán que sus encuentros sean infinitos, que nunca acaben. Se pensarán todo el día e imaginarán juntos en cualquier ámbito y situación.

Independientemente de su actividad sexual, la pasión y el deseo serán los protagonistas de esta fase, permitiendo que abunde la creatividad y fantasía en sus acciones.

Aquí es cuando aparecen las típicas “maripositas en el estómago”, y en donde la comprensión toma un rol importante, pues muy poco destacan las diferencias o se les presta poca atención. Es decir, en la medida de lo posible se evitan los problemas y las discusiones. Más bien se acude al entendimiento, la comunicación y resaltar las cualidades que se tienen en común para aprovechar el tiempo que comparten y así tener buenos recuerdos y experiencias.

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Segunda fase: conocimiento

Aquí es cuando la pareja empieza a conocerse realmente: su pasado, diferencias, traumas, gustos, intereses, molestias, inseguridades, fortalezas… e incluso, aspectos muy íntimos.

Ambos se muestran tal y como son. Ya hay suficiente confianza, lo que da pie a que sus vivencias cada vez sean más reales.

Tercera fase: convivencia

Luego de haberse conocido, la relación de pareja da un giro importante: se establece una vida en común en la que se comparten las tareas domésticas, los gastos y otras obligaciones.

Ya no se piensa en uno mismo sino en ambos. La ayuda es mutua, los propósitos marcados  se logran juntos, hay proyecciones sobre formar una familia. No obstante, hay más posibilidades de que se generen conflictos debido a las diferencias que existen todos los días, lo cual es normal en cualquier convivencia.

Por otro lado, en algunos casos la actividad sexual desciende a causa de las responsabilidades que acarrean la cohabitación. Sin embargo, en otros casos eso no es ningún impedimento ya que la frecuencia e intensidad del acto sexual incrementa.

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Cuarta fase: autoafirmación

En este punto nace el deseo de realizar actividades y proyectos por separado. Dicho deseo llega porque después de pensar y actuar en pro de la relación durante un largo tiempo, vienen las ganas de tener un reencuentro personal.

Se trata de un deseo de superación, de concentrarse en sí mismo, luchar por cumplir metas propias y defender a toda costa sus respectivas posicione y decisiones.

Por supuesto, pese a que ese deseo de individualismo sea respetando la relación de pareja, es posible que florezcan inconvenientes dado a crisis personales que aún siguen latentes.

Quinta fase: crecimiento

En esta etapa se puede hablar como tal de relaciones saludables puesto que se vuelven más maduras y firmes al renacer la emoción, motivación y visión de continuar formando una vida en conjunto pese a las adversidades y conflictos que puedan generarse.

Además, en esta fase es cuando se definen y se materializan proyectos en donde ambos están involucrados, como por ejemplo: comprar un apartamento o una casa, tener hijos, emprender, invertir en una oportunidad de negocio, etc.

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Sexta fase: adaptación

Es una etapa crucial en donde se determinará si la relación de pareja se fortalece o quebranta dado a la presencia de diferentes variaciones: se tiene claro que la vida sigue y que los cambios no se pueden evitar. Se ponen en duda los valores personales y compartidos. Los hijos se independizan. Aparecen enfermedades y otra serie de situaciones trascendentales.

En consecuencia, si ambos no se adaptan, no hay acuerdos, ni respeto, comunicación, etc; dará pie a una ruptura. Por el contrario, si logran superar los obstáculos y todos los valores son mutuos, la relación de pareja se consolidará.

Problemas habituales de las relaciones de pareja

No creas en fantasías o en las historias que se desarrollan en las películas de amor donde todo es hermoso. Los conflictos siempre existirán, incluso en las relaciones saludables. Por supuesto, si son constantes y hay pérdida de valores, ya sería otro escenario.

Pero lo que debes tener claro es que hay problemas habituales de las relaciones,  como los siguientes:

Ausencia de tiempo

El trabajo, los estudios, los proyectos, entre otras obligaciones, son el motivo (y en algunos casos, excusa) que impiden pasar tiempo en pareja, como por ejemplo: salir a pasear, tomar un helado, desayunar, ir a una reunión familiar, compartir con las amistades, etc.

Siempre habrá un miembro de la relación que esto le disguste, y será el detonante de una posible discusión.  

Celos

Los celos son tan peligrosos que pueden hasta ser la causante de la ruptura de relaciones de pareja.

Cuando estos aparecen, se generan discusiones y problemas incluso con terceros que ni siquiera tienen nada que ver con la relación.

Por lo general, la persona que los siente es debido a un tema de inseguridad y de baja autoestima. Y esto ocasiona que cualquier circunstancia, por más insignificante que sea, le produzca sospecha o interés extremo y constante hacia su pareja.

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Incompatibilidad en la actividad sexual

La monotonía, en cualquier sentido, suele aburrir. Y el sexo no es la excepción.

Si alguno de los dos no está de acuerdo en intentar prácticas nuevas por ir en contra de sus costumbres o por pensar que no es necesario, traerá problemas… los cuales se manifestarán a través de mal humor, descuido, rechazo, entre otras actitudes desagradables.

No ocasionar ningún tipo de placer, realizar actos en los que alguno de los dos no sienta comodidad, también son causales de problemas habituales de las relaciones.

Desinterés

Con el paso del tiempo el interés se va perdiendo: ya no hay detalles (dedicatorias, obsequios…), los saludos son menos frecuentes, las fechas especiales ya no se celebran, da igual si pasan tiempo juntos o no…

Alguno de los integrantes de la pareja se sentirá ignorada, pensará que ya no significa nada para él o ella, que el amor se acabó y considerará que posiblemente existe otra persona cuando no ocurre nada de ello.

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Falta de comunicación

Otro de los problemas habituales de las relaciones es la poca o nula comunicación.

Las parejas, en lugar de buscar soluciones a sus problemas o diferencias, optan por intensificarlas. No llegan a un acuerdo ni a punto medio que los beneficie a ambos.

Igualmente sucede que las parejas se callan lo que les molesta por pensar que eso podría traer más problemas, por temor a cómo vaya a reaccionar su pareja o por considerar que no vale la pena decirlo. Pero la realidad es que ese disgusto se irá acumulando, y llegará un momento en que se exteriorizará, y quizás no será del modo más adecuado.

También es muy importante la manera como nos comunicamos con nuestra pareja, intenta comunicarte de manera asertiva para tener una buena y fluida comunicación.

¿Cómo solucionar los problemas en las relaciones de pareja?

La respuesta dependerá del tipo de problema que tengas con tu pareja. No obstante, hay algunos factores que pueden ayudar a resolver sus conflictos.

Para que tengas una idea, las relaciones saludables lo son porque tienen un ingrediente fundamental: la comunicación. Allí está la clave, en conversar acerca de lo que piensan o sienten, definir sus diferencias y molestias, negociar y cumplir con sus compromisos.

Si ves que no hay cambios, opta por acudir a ayuda profesional. Con las terapias podrás desahogarte con absoluta confianza, hallar las soluciones adecuadas a tus problemas y trabajar en ello en conjunto con tu pareja.

¿Cómo mejorar la relación de pareja?

Por más que te cueste, expresa tus sentimientos, haz gestos de amor, comprende lo que es la vida en común y apoya a tu pareja.

También sigue estas recomendaciones:

Comparte con tu pareja

Es vital que compartas con tu pareja. Siempre hay tiempo para todo.

Haz una planificación de tus actividades semanales y deja espacios para pasar ratos agradables con él o ella.

Comparte momentos con tu pareja

Aprende a convivir

Se deben aceptar tal y como son, encontrar la forma de vivir en armonía y procurar que haya un equilibrio entre sus temperamentos.

La tolerancia y negociación  son fundamentales para conseguir una buena convivencia.

Confía en ti

No dudes de ti ni de ese ser que tienes al lado, al que amas con locura. No dejes que los celos se apoderen de ti. Respira profundo y date cuenta de que está contigo porque así lo quiere. No te imagines hechos donde no los hay.

Respeta y exige respeto

Somos humanos y es normal sentir enfado una que otra vez. Sin embargo, eso no significa que el respeto deba perderse en la relación de pareja. Por el contrario, debe prevalecer más que nunca y demostrar que sí existen relaciones saludables.

No tiene por qué haber amenazas, gritos o insultos de ninguna parte. Lo ideal es controlar las emociones, y hablar cuando las mismas estén más calmadas. Esa será la mejor manera de canalizar los problemas habituales de las relaciones de pareja.


 

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