Hábitos para una vida saludable
Sin lugar a dudas la gran mayoría de las personas anhelamos tener una buena salud y vivir una larga vida. Por esta razón, en este artículo podrás ver distintos hábitos que deberías implementar para así tener una vida saludable.
Contenido del articulo
Hábitos para una vida saludable y una buena alimentación
- Realiza actividad física frecuentemente
- Renuncia al tabaquismo
- Mantén un peso saludable
- Disminuye el consumo de alcohol
- Deja de comprar productos enlatados
- Elige grasas saludables
- Aumenta el consumo de verduras y frutas
- Disminuye o elimina la ingesta de azúcares
- Disminuye el consumo de sal
Hábitos para una vida saludable
Realiza actividad física frecuentemente
Es fundamental comprender que el sedentarismo es un factor de riesgo para patologías cardiovasculares, diabetes, hipertensión, valores elevados de colesterol y cáncer. Dicho de otra manera, si no te ejercitas estás buscando enfermarte.
Por estos motivos, deberías ejercitarte para mejorar tu salud ósea, muscular y articular. También para controlar tu peso, mejorar tu salud cardíaca y regular la glucosa en sangre.
¿Qué ventajas adicionales obtendrías al realizar actividad física por la mañana?
- Entrenar por la mañana permite que empieces cada jornada con mayor motivación, felicidad y con menos estrés.
- Tu metabolismo aumentará y podrás quemar más grasa corporal al ejercitarte en ayunas.
- Tendrás un mejor descanso por las noches.
¿Qué otras ventajas obtendrías al realizar actividad física por la tarde/noche?
- Tienes mayor velocidad de reacción, y al mismo tiempo tu ritmo cardíaco y la tensión arterial están más bajas. Esto disminuye el riesgo de lesiones y aumenta tu rendimiento.
- Posiblemente duermas durante más tiempo en las mañanas.
- Quemas grasas, aunque aproximadamente un 20% menos de lo que quemarías si te ejercitaras con el estómago vacío en las mañanas.
Definitivamente el ejercicio es uno de los hábitos más importantes para una vida saludable. Sin importar el momento del día en el que decidas realizar actividad física, lo más crucial es que te muevas de la cama o del sofá y comiences a ejercitarte.
Renuncia al tabaquismo
Si fumas, como bien sabes, deberías dejar de hacerlo. Este hábito negativo te genera un mayor riesgo de enfermedades pulmonares, covid, cáncer y muerte.
Asimismo, la nicotina afecta negativamente la circulación de la sangre. Los vasos sanguíneos más chicos se cierran y producen una tonalidad más grisácea en la piel de los fumadores. Consecuentemente esto aumenta la aparición de arañas vasculares y várices.
Ten en consideración que, a pesar de que fumar sea uno de los hábitos más difíciles de cambiar, necesitas trabajar para dejarlo y así conseguir una vida más saludable. Las desventajas de fumar que te hemos mencionado son tan sólo algunas y no valen la pena por un breve lapso de tranquilidad que este hábito pueda dejarte. Existen píldoras farmacéuticas que para muchas personas han sido una gran ayuda en este proceso. Con total certeza, si te propones podrás lograrlo.
Mantén un peso saludable
Si tienes obesidad o sobrepeso, es esencial que procures disminuir tu peso corporal. De lo contrario, el exceso en tu peso corporal es un grave factor de riesgo que puede conducir a la aparición de muchísimas otras patologías.
Generalmente el sobrepeso es causado por una mala alimentación, o bien, por comer emocionalmente. Esto quiere decir comer por estrés o por ansiedad. Si este es tu caso, procura comer únicamente cuando sientas hambre. Reconocer cuando tienes hambre y cuando no, es muy simple. Casi siempre cuando comemos por comer, deseamos opciones poco saludables. En cambio, cuando realmente tenemos hambre, incluso nos apetecerán frutas y verduras.
Otro de los hábitos que deberías implementar para alcanzar una vida saludable es la correcta masticación de la comida. Este hábito indudablemente será de gran ayuda para que puedas mantener un peso sano. Algunos nutricionistas aconsejan masticar unas 25 veces cada bocado.
De hecho, distintos estudios han evidenciado que una lenta masticación disminuye el consumo calórico en un 10%. Esto se debe a que nuestro estómago demora alrededor de 15-20 minutos en informar al cerebro que se encuentra lleno.
Disminuye el consumo de alcohol
La realidad es que, un estudio reciente de gran importancia ha revelado que incluso si bebemos alcohol de forma moderada, los riesgos son mayores que los beneficios. Entonces, si puedes erradicar el alcohol de tu vida, esto sería lo ideal. Aunque, si te cuesta trabajo hacerlo, empieza por beber con moderación, evitando los excesos.
Si decides ir por la segunda opción, beber con moderación implicaría que los hombres no beban más de 2 vasos pequeños por día. En cuanto al sexo femenino, se recomienda que las mujeres no tomen más de un vaso pequeño al día.
Caso contrario, si te excedes con el consumo de alcohol, tienes un riesgo más elevado de los siguientes padecimientos:
- Enfermedades del corazón.
- Altos niveles de ácido úrico.
- Problemas para conciliar el sueño.
- Inflamación del páncreas.
- Irritación del esófago y estómago.
- Acidez estomacal.
- Cáncer de colon, estómago, hígado, laringe y mamas.
- Hipertrigliceridemia.
Deja de comprar productos enlatados
Evitar el consumo de productos enlatados es otro de los hábitos que te ayudarán a llevar un estilo de vida más saludable. Esto se debe a que las latas poseen un recubrimiento que está compuesto por bisfenol A. Esta sustancia química puede acumularse en nuestro organismo y producir consecuencias devastadoras. Esta información ha sido confirmada por la Universidad de Harvard. En uno de sus estudios se evidenció que los participantes, luego de ingerir sopas enlatadas a lo largo de 5 días, eliminaban elevados niveles de esta sustancia a través de la orina.
Si vas acumulando en tu cuerpo elevados valores de bisfenol A, esto puede desencadenar alteraciones hormonales, sobrepeso, obesidad, infertilidad y diabetes. Por otro lado, las latas también poseen componentes cancerígenos. Un típico ejemplo es el formaldehído. Inclusive, los procedimientos industriales implicados en la elaboración de enlatados elevan el riesgo de que aparezca la toxina botulínica.
Una de las comidas enlatadas más elegidas por los consumidores es el atún. En este caso, las latas presentan un elevado contenido de mercurio. Este metal lamentablemente produce la pérdida de nutrientes en el atún. Entre ellos, los omega 3 y el fósforo. De igual manera, el mercurio es nocivo para nuestro cerebro y aumenta el riesgo de infartos. En otras palabras, se trata de un producto alimenticio con más riesgos que beneficios.
Elige grasas saludables
Cada vez son más los profesionales que incentivan a que las personas elijan grasas saludables. Para hacerlo, en primer lugar es crucial dejar de comprar productos con grasas trans. Este paso es muy simple, ya que cada vez son más las industrias alimentarias que elaboran productos libres de grasas trans.
Asimismo debes reducir el consumo de las grasas saturadas. Su exceso conduce al depósito de colesterol a nivel arterial. Esto al mismo tiempo aumenta el riesgo de ACV, obesidad y patologías cardiovasculares. Te recomiendo disminuir su consumo dejando los productos panificados, frituras, masas, margarina, entre otros.
Por otra parte, algunas opciones de grasas saludables son el aceite de oliva, la mantequilla, la palta, el coco, frutos secos, huevos, semillas en su estado natural, aceitunas y pescados. Sin embargo, recuerda eliminar de tu cocina los aceites vegetales hidrogenados, margarinas o aceites de semilla como el girasol, la soja, canola, maíz o algodón. Estos ácidos grasos poliinsaturados son muy frágiles y se dañan con facilidad mediante el calor, el oxígeno o la luz.
Aumenta el consumo de verduras y frutas
Uno de los hábitos infaltables para llevar una vida saludable tiene que ver con incluir distintas frutas y verduras como parte de nuestra dieta diaria. Estos alimentos son excelentes fuentes de fibra, vitaminas y minerales. Su consumo diario te permitirá evitar la constipación y también disminuirá el riesgo de cáncer, ACV y patologías cardiovasculares.
Se trata de opciones que en su gran mayoría tienen un reducido contenido graso y calórico. Por ello, se recomienda ingerir diariamente 5 porciones variadas. Es importante consumir distintas clases de frutas y verduras, ya que cada una posee distintos nutrientes. Este hábito es clave para que puedas controlar tu peso y llevar una buena salud cardíaca.
Disminuye o elimina la ingesta de azúcares
Los productos azucarados y las bebidas con azúcar son opciones que deberían desaparecer de nuestra dieta. Consumir azúcar o productos con elevado índice glucémico, produce que la glucemia o azúcar en sangre se eleve rápidamente y descienda en picada.
En consecuencia, como los valores de glucemia pasan por grandes fluctuaciones, la persona manifiesta cansancio, jaquecas y cambios de humor. A la vez, esto fomenta la aparición de antojos aumentando la ingesta. En cambio, quienes evitan los azúcares presentan un mayor equilibrio emocional, mayor vitalidad y menos antojos.
Otras razones por las cuales no deberías comer azúcar son las siguientes:
- Una alimentación alta en azúcares podría causar un déficit de cromo. Para que te imagines, 9 de cada 10 estadounidenses poseen una cantidad insuficiente de cromo a causa de la refinación de almidones.
- Tendrás mayor riesgo de patologías cardiovasculares, diabetes y obesidad.
- Tu sistema inmune se debilitará. Varios estudios evidencian que el azúcar tiene la capacidad de afectar de manera negativa en el mecanismo en que nuestro organismo se defiende de las enfermedades. Además, el azúcar es el principal alimento tanto de las levaduras, así como de las bacterias. Por este motivo, un excedente de azúcares conduce a la acumulación de dichos organismos en nuestro cuerpo y a la posterior aparición de infecciones.
Disminuye el consumo de sal
Distintas comidas procesadas tienen sal agregada y, adicionalmente, muchas personas suelen añadir sal a casi todas sus comidas. Pero, con el objetivo de lograr una vida más saludable, uno de los hábitos que debes implementar es la moderación del consumo de sodio. De lo contrario, un exceso de este mineral conducirá a la retención de líquidos y al aumento de la tensión arterial. La hipertensión a su vez genera un riesgo más alto de sufrir un ACV o patologías cardíacas.
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